domingo, 8 de febrero de 2009

"No es país para viejos"( Coen Brothers)


Desmitificación fronteriza en el retorno de los hermanos Coen.


Paisajes áridos, atardeceres anaranjados, sheriffs duros en busca de románticos forajidos; de esto y mucho más se nutre el western, género por excelencia del cine Norteamericano, un mito en sí mismo prácticamente agotado en nuestros días. Y es ahora, en plena posmodernidad, cuando llegan Joel & Ethan Coen autores que impregnan en sus obras un estilo muy personal, los encargados de dar otra vuelta de tuerca al western, a la vez que nos sitúan en una atmósfera de tonos sepia y polvo del desierto en la zona fronteriza de Texas, lugar común para historias de violencia y trafico de drogas; este es el marco donde LLewelyn Moss (Josh Brolin) encuentra un maletín repleto de dinero en medio de una sangría de narcotraficantes. A partir de este momento Moss comenzará una huída contrarreloj; y tras sus pasos el enigmático y despiadado Anton Chigurh (Javier Bardem) le intentará dar caza. Y como un tercer vértice de la historia encontramos a un veterano Sheriff en el ocaso de su carrera (Tommy Lee Jones) con un punto de vista nostálgico sobre lo cambiante de su antes adorada tierra fronteriza.

El material de partida del filme es la novela homónima de Cormac McCarthy, autor fronterizo que explora la evolución (o involución) de estas lejanas tierras y sus habitantes. De este modo el guión nos hace un variopinto marco de extraños personajes con diferentes sistemas de creencias y pautas éticas. Así, vemos al veterano Sheriff Doyle introduciéndonos en el relato con un discurso recordando el legendario pasado de ese medio oeste americano y mostrándose incrédulo ante las nuevas generaciones de hombres que utilizan la violencia indiscriminadamente sin motivo aparente. Este último punto enlaza a la perfección con uno de los principales aciertos de la película, el asesino Anton Chigurh, magistralmente interpretado por Javier Bardem, perfecto en la composición del personaje, sin llegar al histrionismo típico entre este tipo de papeles.
Otra clave para entender a estos personajes y que los hermanos Coen representan a la perfección, es la época en la que esta ambientado el filme, los años ochenta; momento de cambio en la sociedad de EEUU y recuperación después de la catarsis que supuso la guerra de Vietnam, un tema que sobrevuela el filme, mas concretamente en la figura de Moss, un antiguo combatiente que ve como de la noche a la mañana tiene que volver al combate sin preocuparse del pasado, tratándose de huir desesperadamente de su trágico destino.

La película llena de matices transcurre con un ritmo lento y sobrio, sin necesidad de trucos de artificio el sello de los Coen está presente en todo el metraje con un brillante manejo de los recursos narrativos, como las recurrentes elipsis temporales, o con ese característico humor negro que recuerda a su opera prima “Sangre Fácil” e incluso a su obra maestra “Fargo”, filme que guarda muchas similitudes con “No es país para viejos” fundamentalmente en el retrato de la Norteamérica mas profunda y outsider.

En definitiva, estamos ante una gran película que significa un retorno a la excelencia cinematográfica de Joel & Ethan Coen, después de habernos decepcionado con sus dos comerciales últimos títulos.


(****)

1 comentario:

PutnamVoltaire dijo...

Menudo peliculón de los Coen. Imprescindible junto a "Fargo", "Muerte entre las flores" y "Barton Fink". Barden y Tomy Lee muy grandes.